El Grupo de Acción Financiera de Latinoamérica (Gafilat), tomará examen en mayo a la Corte Suprema de nuestro país.
En conversación con la 780 AM, la ministra Carolina Llanes refirió que se han mantenido diversas reuniones con los grupos involucrados, con miras al examen de mayo. “El examen final consta de un cuestionario altamente exigente en materia de efectividad que la mesa de trabajo, integrado por jueces y técnicos de la institución, está relevando, en cuanto al cumplimiento técnico ya fueron sancionadas las leyes, se estableció el marco que debe cumplirse dentro de los procesos” indicó.
Refirió que están trabajando en el relevamiento de los procesos de narcotráfico, de lavado, de financiamiento del terrorismo y otros, para ver los resultados en términos de investigación y resoluciones. “Sobre eso va versar el examen que debe rendir la Corte Suprema de Justicia en mayo, esperamos estar a la altura de la exigencia de este organismo, va ser fundamental para no ingresar a la lista gris”, resaltó.
La ministra indicó que el fin de Gafilat es conocer las estadísticas de los procesos específicos que están en este contexto de lavado de activos y narcotráfico, cuáles son los resultados que ha dado el Poder Judicial en sentencias y también en materia de comisos
Gafilat es una organización intergubernamental de base regional que agrupa a 17 países de América del Sur, Centroamérica y América del Norte. Fue creado para prevenir y combatir el lavado de activos, financiamiento del terrorismo y el financiamiento de la proliferación de armas de destrucción masiva, a través del compromiso de mejora continua de las políticas nacionales contra estos flagelos y la profundización en los distintos mecanismos de cooperación entre los países miembros.
Y que dicen del «terrorismo judicial» que se ve en miles de sentencias no mediatizadas, en todas las instancias, desde Juzgados de Paz hasta la Corte Suprema de Justicia ? La debilidad institucional no se da solamente en casos de lavado de dinero y narcotráfico. Los operadores de justicia sufrimos en carne propia las consecuencias del «terrorismo judicial» y nos vamos acostumbrando a la retórica barata con la que se justifican los fallos bajo la apariencia de «argumentación jurídica»…