La agente fiscal Marta Carolina Romero presentó una denuncia ante la Secretaría de la Mujer sobre la penosa situación que está atravesando en el propio Ministerio Público. Ella es paciente oncológica y fue transferida de la fiscalía de ejecución a una fiscalía barrial. Pidió, por razones humanitarias, que esta situación sea revertida y fue increpada por el fiscal general.
Romero comentó a Judiciales Net que, al solicitar la reconsideración al fiscal general Emiliano Rolón, este la convocó en su despacho y la trató de «impertinente». No le permitió hablar para discutir su caso con tranquilidad y la expulsó de su despacho por haber presentado varios pedidos de reconsideración para regresar a la unidad de ejecución.
«Pido que reconsideren mi traslado por razones humanitarias. Me siento maltratada, fui increpada y maltratada. Me dijo que soy impertinente por las notas que escribí. Le dije que hice todo lo que debía hacerse. Me dijo que no sabía de mi situación, algo que yo puedo demostrar porque desde junio comuniqué todo mi historial médico a la secretaría general. Me echó de su despacho después de decirme todo lo que quería. Esa no es la forma de tratar a una persona ni a un profesional técnico. Tengo 15 años en el Ministerio Público sin ningún sumario», acotó la dolida agente fiscal a nuestro medio.
Señala que hace tres años venía desempeñándose como agente fiscal de ejecución con un horario laboral comprendido de 7 a 14 horas aproximadamente, dependiendo de la carga laboral. En abril de este año, se le detectó «cáncer de mamas» y se le realizó una cirugía de «mastectomía total radical». Se le ordenó un reposo de 30 días que no pudo completar porque la secretaría general la emplazó para que volviera a trabajar y evitar descuentos. Ella regresó al trabajo y se abrió la herida.
Comentó que después de la «reunión» con el fiscal general, este no solo no revisó su decisión, sino que le envió un médico forense para constatar su situación de salud. «Me levanté la blusa y les mostré. No sé quién podría mentir en una situación así, cuando lo único que quiero es seguir trabajando y salvar mi vida», dijo que debe estar en tratamiento durante cinco años, con medicación que le produce náuseas, caída de cabello, desgano y otros síntomas y que por ello desea volver a una unidad donde pueda desempeñarse mejor y cumplir con su tratamiento.
