La crisis económica provocada por la pandemia, la vulnerabilidad de muchas familias y elevados índices de inflación facilitan el ingreso de muchas personas por sobre todo jóvenes al mundo del tráfico de drogas y crimen organizado.
Dinero fácil y rápido atraen a sectores golpeados económicamente, que ante la falta de alternativas acceden sin dudar. Esta es la la conclusión a la que se llegó durante el encuentro anual sobre drogas cuya cita este año fue en Paraguay, organizado por COPOLAD, Programa de Cooperación entre América Latina y la Unión Europea en materia de políticas de lucha contra la droga. Actualmente, Europa es el destino preferido de los narcotraficantes por las ganancias que genera ya que Estados Unidos tiene cargadísimo el mercado, dijeron los expertos.
Un total de 43 países de América Latina, el Caribe y la Unión Europea debatieron por varios días la problemática y las nuevas dinámicas de las drogas que se ha convertido en un problema global, según reconoció el embajador de la Unión Europea en nuestro país Jaime García. Se determinó además que no solo basta con detener al narcotráfico y que su dinero siga intacto, sino que se debe atacar directamente a sus activos que provienen de dinero ilegal.
El tráfico de drogas afecta varios ámbitos de una nación: Los DD. HH., la Justicia, medio ambiente, corrompe a las instituciones, entre otros aspectos. Por ello, proponen contar con una estrategia integral, trabajo de inteligencia sólida, fuentes de trabajo formal, fortalecimiento de las instituciones, control fronterizo, desarrollo de pequeñas y medianas empresas.
Judiciales.net comparte con sus lectores un dossier elaborado por Copolad, donde se resume la problemática y las soluciones que se plantean para combatir de forma eficaz el tráfico internacional de drogas. Alrededor de 275 millones de personas en todo el mundo utilizaron drogas durante el último año, mientras que más de 36 millones sufrieron trastornos por consumo de drogas, según el Informe Mundial sobre las Drogas 2021.
Basadas únicamente en los cambios demográficos, las proyecciones actuales sugieren un alza del 11% en el número de personas que consumen drogas a nivel mundial para 2030.