La jueza de sentencia Yolanda Portillo se refirió a la recarga de trabajo de los tribunales de sentencia de Capital desde hace años, comentó que, una de las razones es que casi todas las causas son elevadas para el debate oral incluso aquellas causas abiertas por hechos de poca relevancia penal.
Señaló que, que son varios los casos bagatelarios que deberían concluir en la etapa preliminar del proceso, sin embargo, estas son elevadas para análisis de un tribunal de sentencia.
Agregó que, otro de los problemas que afecta el buen desarrollo de los juicios orales es la etapa incidental donde se vuelven a plantear los mismos incidentes ya planteados y resueltos en la audiencia preliminar lo que resta tiempo al colegiado que de por sí, lleva tres a cuatro juicios o más simultaneamiente.
Dijo que, desarrollan juicios de mañana y tarde para evitar que los casos se afecten por los 10 días tiempo máximo en el un juicio puede dejar de seguir. Reconoció que llevar adelante más de tres juicios orales al día, afecta la concentración de los jueces que desarrolla juicios por distintos hechos punibles y una variedad de complejidad.
“Son distintos tipos penales los que llegan a un tribunal de sentencia, que requieren distintos tipos de concentración, exige una concentración que a veces supera nuestras propias capacidades humanas, hacemos lo que podemos, hacemos una pausa, tomamos un café y seguimos. Particularmente yo, anoto todo lo que considero que mi memoria no podría recordar en un tiempo, grabo si el juicio está bajo mi presidencia y de esa forma tratamos de seguir el hilo, nos vamos hasta donde nuestras capacidades dan y hasta donde nuestros recursos nos permitan, tenemos funcionarios que muchas veces se quedan a la tarde, ellos no tiene almuerzo, tampoco horas extras, se quedan a pulmón a trabajar para las causas no caigan por el plazo de diez días y podamos culminar”, acotó la doctora Yolanda Portillo.
La saturación es tal en esta etapa del proceso que la magistrada ya tiene fecha de juicio agendo hasta abril del 2026, subrayó que, tratan de evitar perder la principal característica que debe tener un magistrado que es la templanza, no solo para mantener una concentración en los casos sino para emitir un fallo justo en todos los procesos.
Dijo que, los tribunales de sentencia requieren de más funcionarios que se dediquen a la parte operativa del trabajo del colegiado, en la desgrabación, transcripción de los incidentes y de la declaración de los testigos.
Por último, la magistrada sugirió que los tribunales tengan un máximo de hora por día que puede ir de seis a ocho horas de juicio oral, distribuidas por día, cree que podría hacerse una vez que se incorporen los nuevos jueces de sentencia.