Para el juez de sentencia y catedrático Juan Pablo Mendoza, ocupar el cargo para llevar adelante la etapa más importante del proceso implica una alta exigencia para el magistrado que debe tener una óptima preparación académica y a la vez, estar bien emocional y anímicamente.
Afirmó que, el juez debe tener la energía para la debida concentración y atención que actualmente está en crisis por el nivel de saturación que soporta los tribunales de sentencia sumado al tipo de conflicto varios administrados en esta etapa del juicio.
Comentó que, el magistrado está obligado a invertir en su formación e investigación de manera permanente para estar acorde al dinamismo que tiene el derecho penal y como se resuelven algunos casos en otras partes del mundo.
Agregó que los jueces manejan una carga emocional muy importante en los juicios orales con problemáticas humanas muy profundas, por lo tanto, el juez debe estar bien en todos los aspectos para responder debidamente con el justiciable y las personas afectadas dentro de un proceso.
Dijo que, las distintas realidades que afrontan en el día a día, hizo que elabore un manual de funciones para sus colaboradores que tienen como norma que los testigos no comparezcan ante el tribunal en el primer día de juicio, ya que es el día, el tribunal dedica su atención a las cuestiones incidentales y sería un despropósito citarlos si no serán escuchados.
Igualmente, tienen consideración por los testigos en estado de gravidez y adultos mayores quienes son los primeros en ser convocados ante el tribunal para no hacerlos esperar.
“El trabajo del juez de sentencia no termina con el horario de oficina, llevamos esas preocupaciones, esas inquietudes esas ansiedades con nosotros hasta que podamos resolver algo de una forma u otra, eso tiene un nivel de exigencia que es bastante elevado.
Desde el punto de vista técnico exige formarse permanentemente, adquirir libros y tomar cursos que es indispensable, si no sabés, no tenés las herramientas para resolver algunas cuestiones. Además de la exigencia de estar con un nivel de energía para poder prestar atención y concentrarme, que son elementos en crisis hoy en día”, señaló Juan Pablo Mendoza.
Agregó que, tal es el estrés en esta etapa del proceso para las personas involucradas que ya dos personas han fallecido en juicio uno fue un testigo quien entró en crisis y falleció en presencia del tribunal. En otro caso también falleció un procesado lo que refleja el nivel de tensión que genera en las personas esta etapa del juicio que reiteró es la etapa más importante del proceso.