Los casos de sicariato ocurrido en los últimos meses activan la alerta de los organismos de seguridad.
Desde la Fiscalía Especializada contra el Crimen Organizado se investiga el violento asesinado del empresario Mauricio Schwartzman, ocurrido el domingo 12 de setiembre, en el barrio Jara de Asunción.
La Fiscalía General del Estado conformó un equipo de agentes para investigar el hecho, conformado por Alicia Sapriza, Lorenzo Lezcano, Federico Delfino y Marcelo Pecci.
«Podemos afirmar que los casos de sicariato se instalaron en Asunción. Tenemos varios casos», señalo la fiscal Alicia Sapriza.
«Estos últimos actuaron con mucho profesionalismo y frialdad. Usaron armas de grueso calibre, sin ningún miedo, esperaron horas a que llegue la víctima y tenían bien claro su objetivo», agregó.
Por su parte, el agente Lorenzo Lezcano opina que se trata de una estructura de sicarios que responden líderes del crimen organizado.
«Los que cometieron este hecho son personas que tienen capacidad logística, mucha determinación y además manejaban información precisa de que su víctima tenía guardia de seguridad. Por eso lo redujeron antes», explicó Lezcano.
Respecto a las declaraciones del ministro del Interior Arnaldo Giuzzio, quién afirmó que este asesinato guarda relación con la incautación de 2900 kilos de cocaína en bolsas de carbón de un Puerto en Villeta en octubre del año pasado, que tenían como destino Europa, los fiscales indicaron que la investigación se inicia ahora y que no pueden aún confirmar el trasfondo del hecho.
Por su parte, el doctor en Criminología Juan Martens opina que no es el sicariato el que se instaló en Asunción sino el crimen organizado que opera desde el centro del poder paraguayo.
» El asesinato en Barrio Jara confirma, una vez más, la presencia del crimen organizado en Asunción, y sus vínculos con empresas y empresarios, que se mueven entre lo legal e ilegal. El sicariato es apenas una consecuencia», señalo Martens.
El empresario Mauricio Schwartzman fue asesinado por 3 sicarios el domingo pasado cerca de las 20. Los criminales tomaron de rehén a su guardia de seguridad fingiendo que eran policías. También maniataron a un amigo de la víctima que llegó a su casa a devolver un automóvil prestado. Recibió un total de 14 impactos de bala con fusil calibre 5.56 y pistola 9 milímetros.