El presidente de la Corte Suprema de Justicia, César Diesel, presentó su informe de gestión correspondiente al último período, en el que expuso los principales ejes que guiaron el funcionamiento del Poder Judicial, con énfasis en la modernización tecnológica, el fortalecimiento de los controles internos y la adopción de medidas para garantizar reglas claras y transparencia en el servicio de justicia.
Durante su intervención, Diesel subrayó que la administración judicial no puede responder a improvisaciones ni a coyunturas políticas, sino que debe sostenerse en procedimientos formales, control permanente y continuidad institucional. En ese sentido, afirmó que el informe presentado busca “mostrar el interior de una organización que funciona, que se evalúa y que verifica constantemente sus procesos, rectificándolos cuando corresponde, dentro del marco de la Constitución y las leyes”.
Uno de los puntos centrales del balance fue el proceso de digitalización del sistema judicial. Según detalló, este avance permitió la realización de alrededor de seis millones de actuaciones electrónicas, consolidando una transformación profunda en la gestión de expedientes y en el acceso a los servicios judiciales en todo el país. El presidente de la Corte remarcó que sostener el servicio de justicia implica garantizar su presencia efectiva en todas las circunscripciones, atendiendo realidades diversas y demandas permanentes.
El informe también abordó las acciones implementadas en el marco de los juicios ejecutivos, orientadas a evitar la continuidad de prácticas irregulares vinculadas a la denominada “mafia de los pagarés”. Estas medidas se complementaron con el fortalecimiento de los controles internos mediante auditorías, como parte de una política institucional orientada a la prevención y corrección de desvíos.
Diesel insistió en que la conducción del Poder Judicial va más allá de la administración de recursos, ya que supone tomar decisiones responsables, preservar la autonomía funcional y garantizar derechos. En ese marco, destacó el trabajo cotidiano de magistrados y funcionarios judiciales, tanto en la capital como en el interior del país, cuyo esfuerzo colectivo señaló permite que las reglas se apliquen y que el servicio de justicia llegue efectivamente a la ciudadanía.
En materia de rendición de cuentas, reconoció que ninguna institución está exenta de desafíos y que el perfeccionamiento del sistema judicial requiere un examen constante, correcciones prudentes y decisiones orientadas a mejorar su desempeño. Como parte de esa proyección, anunció la elaboración del Plan Estratégico Institucional 2026–2030, concebido como una hoja de ruta para ordenar prioridades, consolidar aprendizajes y orientar las decisiones del próximo período.
Finalmente, el presidente de la Corte sostuvo que la continuidad institucional no implica rigidez, sino una evolución sostenida que respete los principios de una administración de justicia independiente, eficiente y transparente, siempre apegada a la Constitución. En ese contexto, agradeció a los ministros de la Corte, al Consejo de Superintendencia, al pleno del máximo tribunal y a las instituciones nacionales e internacionales que acompañan y articulan el trabajo del Poder Judicial.













