Un acercamiento más justo y sostenible para restaurar la biodiversidad es una obligación, dice experto.
CENTRO DE NOTICIAS ONU. Un relator especial señala que los países han de apartarse de una conservación de la biodiversidad basada “en los enfoques de siempre” y velar por el cumplimiento de los derechos humanos.
El anteproyecto recientemente publicado por Naciones Unidas para conservar y proteger la naturaleza debe modificarse para situar los derechos humanos como eje central si queremos garantizar el futuro de la vida en nuestro planeta, declaró este jueves el relator especial de la ONU sobre derechos humanos y medio ambiente.
David Boyd destacó que «dejar los derechos humanos al margen del proceso no puede ser una opción, porque la conservación centrada en ellos es el camino más eficaz, eficiente y equitativo para proteger el planeta».
El experto instó a los Estados a que sitúen los derechos humanos en el centro del nuevo Marco Global de Biodiversidad, hecho público recientemente por la Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica de la ONU, antes de la celebración de una conferencia en la ciudad de Kunming, en China.
Durante ese evento representantes de 190 gobiernos ultimarán el Marco en el que se abordarán las amenazas a la biodiversidad, el bienestar humano y el futuro de la vida en la Tierra.
«Los Estados deben apartarse de un enfoque centrado en la «conservación de siempre” para salvar la biodiversidad y garantizar el cumplimiento de los derechos humanos para todos», dijo Boyd, y añadió: «Un enfoque más inclusivo, justo y sostenible para proteger y restaurar la biodiversidad es una obligación, no una opción».
El objetivo de la cumbre es establecer un «mundo que viva en armonía con la naturaleza» de aquí a 2050, en parte protegiendo como mínimo el 30% del planeta y restaurando por lo menos el 20% de aquí a 2030.
«Este nuevo marco es de vital importancia porque la aceleración de los esfuerzos para ampliar las áreas protegidas ha demostrado ser, por desgracia, insuficientes para detener o incluso ralentizar la ola de destrucción ambiental que barre el planeta», afirmó.
Boyd dijo que es esencial lograr una rápida expansión para que las áreas protegidas que cubran el 30% de la tierra y el mar del planeta, pero que no debe conseguirse a costa de más violaciones de los derechos humanos de los pueblos indígenas y otras poblaciones rurales.
El relator afirmó que se ha de prestar especial atención a los derechos de los pueblos indígenas, los afrodescendientes, las comunidades locales, los campesinos, las mujeres y los jóvenes rurales, ya que ninguno de ellos recibe la debida prioridad en el actual borrador a pesar de las recientes mejoras.
Estos individuos y grupos «deben ser reconocidos como socios clave en la protección y restauración de la naturaleza». «Hay que reconocer, respetar y apoyar sus derechos humanos, a la tierra y a la propiedad, sus conocimientos y sus contribuciones a la conservación».
Además, advirtió contra los enfoques de «conservación tipo fortaleza» que buscan restaurar «espacios naturales inmaculados» y sin habitantes humanos, asegurando que este enfoque ha tenido efectos devastadores sobre los derechos humanos de las comunidades que viven en las zonas seleccionadas, como los pueblos indígenas u otros habitantes rurales.
Boyd destacó que el actual borrador del Marco no menciona las garantías fundamentales, «pasando por alto el hecho básico de que todos los derechos humanos dependen en última instancia de una biosfera sana». «Los Estados deben mejorar el borrador del Marco Global de Biodiversidad Post-2020 garantizando que los enfoques basados en los derechos sean obligatorios en todas las acciones para conservar, restaurar y compartir los beneficios de la biodiversidad, incluyendo la financiación de la conservación», sentenció.