Hasta el 18 de septiembre de 2025, el Ministerio Público reporta 28 casos de feminicidio en Paraguay, una cifra alarmante que refleja la persistente y grave situación de violencia contra las mujeres en el país. Como consecuencia directa, 51 hijos e hijas quedaron huérfanos, de los cuales 21 víctimas eran madres.
Este dato forma parte del Programa de Datos Abiertos del Ministerio Público, en el capítulo de Violencia contra la Mujer. De las 28 víctimas, 25 causas están abiertas; en uno de los casos se investiga la muerte de tres mujeres y en otro, la de dos víctimas.
A lo anterior se suman 41 tentativas de feminicidio y 2 causas por tentativa de homicidio, en contexto de violencia basada en género. Estas cifras confirman una situación estructural de riesgo que enfrentan miles de mujeres diariamente.
La distribución mensual de los feminicidios revela un incremento preocupante en el segundo semestre del año. En enero se reportaron 2 casos, en febrero 1, en marzo 3, en abril, mayo y junio se registró 1 caso cada mes. En julio, sin embargo, se produjo un fuerte repunte con 11 casos, seguido por 4 en agosto y otros 4 en los primeros 18 días de septiembre.
En cuanto a la ubicación geográfica, el departamento Central lidera la lista con 7 casos, seguido de Caaguazú con 5 y Alto Paraná con 4. En Concepción se registraron 3 casos; en San Pedro y Amambay, 2 en cada uno; mientras que Caazapá, Itapúa, Paraguarí, Canindeyú y Asunción reportaron un caso cada uno. Estos datos reflejan una dispersión nacional del fenómeno, con mayor concentración en zonas densamente pobladas.
Respecto al perfil de las víctimas, sus edades oscilan entre los 12 y los 80 años, siendo que tres de ellas eran menores de 17 años. Por su parte, los agresores también abarcan un amplio rango etario, desde los 17 hasta los 80 años, lo que evidencia que la violencia de género atraviesa generaciones. En cuanto al vínculo con las víctimas, en 20 casos los agresores eran sus parejas actuales, en 4 eran exparejas, y en los demás casos se trata de un padrastro, un padre, un yerno y un conocido.
El lugar donde ocurrieron los crímenes también es significativo: 21 feminicidios sucedieron en el interior de viviendas y 7 en la vía pública. Sobre los métodos utilizados, en 11 casos se empleó un arma blanca, en 8 una de fuego, en 5 las víctimas fueron asfixiadas, en 2 murieron por traumatismos y golpes, y en otros 2 casos fallecieron a causa de quemaduras graves. Se destacan al menos 6 feminicidios con signos de ensañamiento extremo: uno de ellos incluyó el descuartizamiento y decapitación de la víctima; en otro caso, la mujer fue golpeada y luego quemada; y en un tercero, la víctima murió tras ser incendiada por su agresor.
En lo que respecta al avance judicial de las causas, 26 presuntos autores están imputados por el Ministerio Público, mientras que 2 se suicidaron tras cometer el crimen. Se reporta además que uno de los agresores tenía una orden judicial de restricción vigente. Entre los imputados figuran dos suboficiales de la Policía Nacional, un exconvicto y un menor de edad que era estudiante.
Finalmente, en algunos de los casos se investigan otros delitos conexos, como abuso sexual infantil y privación de libertad, lo que refuerza el carácter estructural de la violencia hacia las mujeres en el país.