El Ministerio de Justicia concretó el cierre definitivo del histórico penal de mujeres Buen Pastor, cumpliendo así con una de las principales promesas del nuevo modelo penitenciario nacional. Esta decisión se materializó tras la habilitación de un nuevo centro de reclusión en la ciudad de Emboscada, especialmente acondicionado para albergar a las mujeres privadas de libertad.
En total, unas 600 internas fueron trasladadas sin inconvenientes hasta el nuevo establecimiento penitenciario, como parte del Operativo Umbral 2.0, que se desarrolló de manera ordenada y segura.
El penal de Emboscada, que ahora albergará a las mujeres anteriormente recluidas en el Buen Pastor, cuenta con instalaciones modernas y celdas más amplias, diseñadas para garantizar condiciones dignas, sin hacinamiento y con respeto a los derechos fundamentales. Además, dispone de espacios clave para la reinserción social, como lavandería, panadería, atención médica, talleres laborales y aulas educativas.
Desde el Ministerio de Justicia destacaron que el objetivo central de esta iniciativa es reducir la reincidencia delictiva entre las mujeres privadas de libertad, apostando a la rehabilitación y a su reinserción efectiva en la sociedad.
“Desde el nuevo modelo de gestión penitenciaria, incorporamos tecnología de punta instalando un centro de monitoreo. La nueva infraestructura cuenta con celdas cómodas y espacios propicios para talleres laborales y aulas, para que cada mujer pueda reconstruir su vida”, informaron autoridades del sistema penitenciario.
No obstante, también se advirtió que se mantendrá una política firme contra aquellas internas que integren grupos criminales dentro del penal, asegurando que el nuevo sistema no tolerará prácticas delictivas intramuros.
Con el cierre del Buen Pastor y la apertura de esta nueva unidad penitenciaria, el Estado busca avanzar hacia una gestión carcelaria más moderna, segura y orientada a la resocialización de las personas privadas de libertad.